El Seleccionado de la Unión Cordobesa de Rugby se consagró campeón del 65° Campeonato Argentino de Uniones 2009 al derrotar a su par de Tucumán por 15 a 12, en la cancha de Córdoba Athletic. Con este triunfo, los Dogos se coronaron por quinta vez del Campeonato Argentino, siendo las anteriores en 1995, 1996, compartido con Buenos Aires, 1997 y 2001.
En el primer tiempo, ambos equipos intentaron imponer su juego, en donde sorprendieron los tucumanos, puesto que plantearon un juego bastante abierto y lejos de las formaciones. Esto también fue posible, ya que en las formaciones fijas era muy superior a Córdoba. Así fue como a base de presión y juego abierto, los Naranjas comenzaron a imponerse en el marcador y cerca de los 20 minutos ya estaba 9 a 3 arriba en el marcador.
Por su parte, a los Dogos les costó acomodarse con sus delanteros y se vieron algunas falencias en su juego, tales como el lanzamiento del line-out, en donde perdieron dos posesiones cerca del ingoal. Los lanzamientos no fueron solo un problema para los locales, puesto que la visita también demostró un juego desprolijo.
El factor más importante del juego tucumano, durante la primera etapa, fue que movió mucho la pelota de un lado para el otro, y eso generó complicaciones en la defensa cordobesa. Otro de los aspectos fue el amplio dominio en el scrum, y de esta forma Tucumán se fue al descanso 9 a 6 arriba en el marcador.
El segundo tiempo fue un claro ejemplo de una final en donde los nervios superan a las intenciones de juego de ambos equipos. Los dos intentaron hilvanar alguna que otra jugada, pero los resultados fueron escasos y los errores de manejo predominaron en todos los rincones del campo de juego.
Gastón Revol logró revertir el marcador, colocando a su equipo 12 a 9 arriba. Sin embargo, cuando uno podía presumir que Córdoba iba a estar más tranquilo, las infracciones y la disciplina se hicieron presentes, quedando los locales con dos jugadores menos y los tucumanos con 14.
Tucumán tenía todo a su favor, puesto que estaba con un hombre de más entre los delanteros y poseían un scrum a favor sobre las cinco yardas. Pero una final es una final, y los jugadores suelen sacar fuerzas de adentro de la tierra para anteponerse a situaciones adversas.
El marcador estaba igualado 12 a 12, y todo aparentaba a que los dos equipos iban a levantar el tan preciado trofeo. No obstante, los Dogos fueron avanzando de a poco y, sorpresivamente, en la última jugada, Horacio San Martín sacó un drop inclinado sobre la izquierda para que toda la provincia cordobesa festejara un nuevo campeonato.
La patada del jugador de Los Pumas 7’s cerró el resultado en un 15 a 12 para Córdoba, logrando de esta manera el quinto título de su historia.
En el primer tiempo, ambos equipos intentaron imponer su juego, en donde sorprendieron los tucumanos, puesto que plantearon un juego bastante abierto y lejos de las formaciones. Esto también fue posible, ya que en las formaciones fijas era muy superior a Córdoba. Así fue como a base de presión y juego abierto, los Naranjas comenzaron a imponerse en el marcador y cerca de los 20 minutos ya estaba 9 a 3 arriba en el marcador.
Por su parte, a los Dogos les costó acomodarse con sus delanteros y se vieron algunas falencias en su juego, tales como el lanzamiento del line-out, en donde perdieron dos posesiones cerca del ingoal. Los lanzamientos no fueron solo un problema para los locales, puesto que la visita también demostró un juego desprolijo.
El factor más importante del juego tucumano, durante la primera etapa, fue que movió mucho la pelota de un lado para el otro, y eso generó complicaciones en la defensa cordobesa. Otro de los aspectos fue el amplio dominio en el scrum, y de esta forma Tucumán se fue al descanso 9 a 6 arriba en el marcador.
El segundo tiempo fue un claro ejemplo de una final en donde los nervios superan a las intenciones de juego de ambos equipos. Los dos intentaron hilvanar alguna que otra jugada, pero los resultados fueron escasos y los errores de manejo predominaron en todos los rincones del campo de juego.
Gastón Revol logró revertir el marcador, colocando a su equipo 12 a 9 arriba. Sin embargo, cuando uno podía presumir que Córdoba iba a estar más tranquilo, las infracciones y la disciplina se hicieron presentes, quedando los locales con dos jugadores menos y los tucumanos con 14.
Tucumán tenía todo a su favor, puesto que estaba con un hombre de más entre los delanteros y poseían un scrum a favor sobre las cinco yardas. Pero una final es una final, y los jugadores suelen sacar fuerzas de adentro de la tierra para anteponerse a situaciones adversas.
El marcador estaba igualado 12 a 12, y todo aparentaba a que los dos equipos iban a levantar el tan preciado trofeo. No obstante, los Dogos fueron avanzando de a poco y, sorpresivamente, en la última jugada, Horacio San Martín sacó un drop inclinado sobre la izquierda para que toda la provincia cordobesa festejara un nuevo campeonato.
La patada del jugador de Los Pumas 7’s cerró el resultado en un 15 a 12 para Córdoba, logrando de esta manera el quinto título de su historia.
Prensa:UAR.
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