Gáles 23-15 Inglaterra (Milenium Stadium, Cardiff): El partido más atrayente cumplió con las expectativas previas. Los locales llegaban sin su máxima figura, Shane Williams, por lesión en su tobillo izquierdo. Aún así, comenzaron de manera arrolladora el encuentro, atacando a la dura defensa inglesa. Ambos marcaron tries (2 para ingleses, Delon Armitage y Paul Sackey y 1 de los galeses, Leigh Halfpenny), pero la convicción en el juego local y la indisciplina de la visita (amarrilla para Mike Tindall y Andy Goode) fueron determinantes en el resultado. El "dragón" aprovechó los penales a favor y sigue convencido de su juego, pero debe considerar el aspecto defensivo.
Francia 22-13 Escocia (Stade de France, Paris): Por lejos, el partido más aburrido de los tres. Los galos volvieron al triunfo pero todavía sin convencer. Una vez más, Marc Lievremont alternó pareja de medios: ingresó Sebastien Tillus-Borde por Morgan Parra, pero no obtuvo demasiados cambios. Si bien, se marcó un try por equipo, ambos fueron muy erráticos en ofensiva; principalmente Escocia, que preocupa por su escacez creativa en ataque.
Italia 9-38 Irlanda (Stadio Flaminio, Roma): Ni la localía pudo despertar a los "azurros". Nick Mallet, head coach de Italia, retornó a Mauro Bergamasco a la tercera línea y ubicó a Paul Griffen como nº 9, quien mejoró el ataque. Se enfrentaron la contundencia irlandesa contra el desorden que, desde hace años, caracteriza a italianos. Italia no encuentra su propio estilo de juego, producto de la diversidad de nacionalidades que componen su equipo (entre argentinos, neocelandeses, sudafricanos, rumanos, etc.). Sin embargo, comenzó mejor el test-match y hasta supo estar al frente hasta el minuto 39' ; pero sufrió su indisciplina defensiva (amarrillas de Salvatore Perugini y Andrea Masi). Por otro lado, Irlanda -como Gáles- parece confiado de lo que hace dentro de la cancha; posee el pack de forwards más compacto y una defensa sólida, sin flanquezas.
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