Los Pumas vencieron, por 9 a 6, a Escocia en Edimburgo (Murrayfield Stadium); en el que fue su último test match en su gira por Gran Bretaña. Así, la Argentina obtuvo un alivio, tras las dos derrotas sufridas ante Inglaterra y Gáles, respectivamente.
Si bien, el resultado pareciera conformar; en líneas generales se concluyó bien (no de la mejor manera) una gira que siempre sirve para evolucionar. Es verdad, el triunfo -fundamentalmente- otorga tranquilidad y confianza a aquellos que dan sus primeros pasos junto con el team nacional. Por eso, quizás no sería prudente analizar el nivel de nuestro seleccionado; ya que se continúa en proceso de encontrar jugadores en puestos clave y, principalmente, el equipo (siempre con vistas a la RWC 2011).
Los puntos positivos de una gira que pareció adversa (en cuanto a resultados respecta): las apariciones prometedoras de Tomás Leonardi, Alfredo Lalanne, Martín Rodríguez Gurruchaga, Alejandro Campos y Agustín Creevy, entre otros. Por momentos, se resolvió el problema -pero no se erradicó del todo- de los penales en defensa. Y, claro, el rodaje de los que incian con Los Pumas dará frutos en la posteridad. Quizás, la falencia continúa siendo la propuesta de juego por parte del elenco nacional, a veces, demasiado monótono y hasta predecible.
Los dirigidos por Santiago Phelan tuvieron un primer tiempo muy flojo. Prácticamente, sin tener posesión de la pelota, pero impidiendo a Escocia tomar amplias ventajas en el marcador. Sólo dos penales de Phil Godman modificaron cifras en el tanteador. La Argentina cometió una gran cantidad de errores y hasta penales que, a no ser por la mala punteria del apertura local, hubiesen sido determinantes. Ademas, escaceó en propuesta ofensiva y abusó de kicks o patadas para alejar el peligro del in-goal propio.
Todo pareció inverso en la etapa complementaria. Los Pumas ingresaron con mayor decisión y fueron amplios dominadores en los primeros veinte minutos del segundo tiempo. Martín Rodríguez Gurruchaga marcó dos penales y empató las acciones. Sin embargo, "Los del cardo" no se resignaban y proponían algún que otro contraataque. Los cambios de Agustín Creevy y Rodrigo Roncero por Alberto Vernet Basualdo (lesionado) y Martín Scelzo, respectivamente, dieron aire al pack de forwards. La definición, una vez, estuvo en la eficiencia de Rodríguez Gurruchaga para convertir un drop. A partir de allí, un Escocia herido en su orgullo intentó avanzar de cualquier manera y revertir la historia. Afortunadamente, la defensa argentina hizo lo propio y, más importante, sin penales (no otorgando posibilidad de empate).
Siempre se puede y debe mejorar. La cuestión también resurge en aprovechar cada oportunidad, de aquí a la RWC Nueva Zelanda 2011. Asimismo, siempre debe reconocerse la mitad del vaso llena, en lugar de la vacía.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario