domingo, junio 22, 2008

Dolor


No es fácil para nadie, ni siquiera para nosotros los periodistas, que vivimos para informar, contar o intentar explicar la muerte repentina de un chico de 20 años. Lo que pasó con "Juanqui" Migliore ayer por la tarde nos golpeó a todos. Que fue en un ruck, que se le cayeron encima, que fue un golpe en la base del cráneo, que no hubo mala intención para nada, que... nada explica a las claras por qué. Sólo duele. Quienes alguna vez hemos sufrido pérdidas repentinas solemos preguntamos por qué y, en muchos casos, aunque creamos, también nos enojamos con Dios. Yo creo que estas cosas pareciera que tienen que suceder. Desde un profundo respeto por la familia de Juanqui y por toda la gente de CUBA, me atrevo a reflexionar: quedará como anécdota que minutos del accidente, Juan Cruz había apoyado la pelota en ese in goal que habrá relojeado una y mil veces en la cancha principal de CUBA, su casa. Eso será siempre Villa de Mayo para él. Desde acá apoyamos a su familia, amigos y club.

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