En apenas una semana, Leicester consiguió dos heroicas victorias que no sólo le dieron aire al cuestionado Marcelo Loffreda sino que llevaron a los Tigers de la nada a la final de la Guinness Premiership inglesa.
El sábado 10 fue Tom Varndell, con un try sobre el cierre, el que le dio el milagroso pase a la semifinal (31-28 a Harlequins). Ayer, el salvador fue Andy Goode, con un drop a dos minutos del finL, para derrotar a Gloucester por 26-25. Los Tigers, defensores del título, alcanzaron así su cuarta final consecutiva y se convirtieron en el primer equipo en ganar como visitante en playoffs desde que se impuso este sistema, seis años atrás.
Loffreda, por supuesto, debió sufrir. Leicester ligó dos amarillas en el primer tiempo (llegó a jugar con 13) y lo perdió 12-3. En el segundo (Marcos Ayerza entró a los 16) también estuvo siempre abajo en el marcador, pero permanentemente a tiro gracias a los tries de Alesana Tuilagi y Aaron Mauger. A 12 del cierre recién pasó al frente con penal de Goode (23-22). Un drop de Walker, a cuatro del final, adelantó 25-23 a Gloucester (primero de la fase regular, con 15 triunfos en 22 fechas) y levantó a 16.500 personas en Kingsholm. Pero apareció el drop de Goode para un nuevo milagro Tiger.
El duelo decisivo será con Wasps, el 31, en Twickenham.
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